Entre fogones…virtuales

秘密兵器 (himitsu heiki, arma secreta)
En el no-va-más de mi carrera hacia las cumbres del arte de la cocina sin cocina (que si fuera un arte marcial se llamaría algo así como mu-daidokoro-dou o el camino de la no-cocina  無台所道<---parida mental de las 00:45, que es lo que pasa por ponerme a actualizar a estas horas) me he agenciado con una nueva arma secreta: ni más ni menos que la famosa suihanki (炊飯器) o en cristiano, cacharro para cocer arroz. Este modelo incluye, además de funciones de programación, la peculiaridad de que cuando inicias la cocción suena "Campanitas del lugar" a todo volumen y cuando el arroz está listo suena otra melodía igual de discreta que aún no he logrado identificar.

Pero como no sólo de arroz (blanco) vive el hombre, me he pertrechado también de munición eficaz:

Recetas en jeroglífico para cocineros audaces
Que no es sino un libro de recetas de cocina para suihanki, de manera que puede utilizarse como los robots de cocina esos tan modernos y que ahora están tan de moda y que yo siempre he pensado que no más que suihankis sofisticadas. Efectivamente, usando sus funciones de cocción y horno puedes hacer guisos de todo tipo, pasta (pero los espaguetis hay que partirlos primero, indica la amarga experiencia, ejem), por supuesto arroces de todo tipo, asados de carne, pescado y verduras ¡y la máquina hasta tiene una función especial para hacer pasteles! El problema en ese caso sería batir las masas a mano, pero ese será otro escollo que habrá que superar en su momento, tampoco voy a llenar mis 15 metros cuadrados de cyborgs en el primer mes, ¿no? Por ahora tengo bastante con mi tostadora estilo americana, el hervidor de agua, la suihanki ¡y mi secador de pelo con chorro de iones negativos! Con este arsenal no habrá invasión alien que se me resista (aparte de la propia).

Además por fin conozco la ubicación del supermercado más cercano a la residencia (yo que creía que era una leyenda urbana) y aparte de estar bastante bien surtido lo mejor es que es ¡24 horas! así que si se me antoja hacer una paella a las 5 de la mañana no habrá quien me lo impida. El camino, eso sí, es sólo para iniciados y atraviesa una especie de solar que a mí curiosamente me resulta un sitio muy evocador. Los zombies que habéis deambulado por aquí comiendo cerebros con palillos ya sabéis que a pesar de la imagen que se tiene de Tokio en plan rascacielos y bullicio, en cuanto te alejas un poco del centro (un par de calles, en serio) lo que predomina en realidad son casitas bajas y barrios residenciales. Yo ahora vivo en un barrio especialmente residencial de casas unifamiliares y coches lujosos, pero no por eso los ángulos de las calles van a ser más rectos, Tokio es así... El solar al que me refiero en realidad tiene una calle central asfaltada pero está todo tan dejado y comido por la vegetación salvaje (cuya altura oscila entre mi cintura y mi hombro) y está entre dos bloques de edificios altos de apartamentos como los que salen en las "Pesadillas" de Katsuhiro Otomo, el autor de "Akira". Normalmente voy a comprar de noche porque es cuando vuelvo a casa (vaya que si agradece lo de las 24 horas) y tiene una extraña belleza (al menos para mí) el contraste de encontrar un lugar tan salvaje y olvidado en medio de un barrio tan urbanizado, ver la cabina solitaria en medio de la nada y andar por el sendero de cemento que serpentea entre el bosque de hierbajos (que dentro de poco van a ser un verdadero parque temático para los mosquitos), algunos árboles y bancos devorados por la masa verde entre los dos mamometros impersonales de cemento...es lo que tiene esta ciudad que nunca deja de sorprenderte. Otra calle cerca de la residencia tiene mucho tráfico pero doblas una esquina y ¡zas! un campo de coles de repente, igual que puedes encontrar un templo diminuto enclavado entre dos rascacielos en pleno Shinjuku, no me extrañaría que los urbanistas japoneses estudiaran alguna asignatura en la carrera que se llame "factor sopresa".

Aparte de que Tokio sea un caos callejero, la mayoría ya sabéis que tengo un don que roza lo sobrenatural para perderme, así que he venido al mejor sitio para desarrollar mis cualidades al límite. Y puede que sea un poder contagioso, porque la otra noche volvía de la universidad con otros compañeros en un grupo de 5, en el que 3 personas tenían GPS en el iphone. Pues bien, nos perdimos, MUCHISIMO. Estuvimos vagando por las calles oscuras dando vueltas y revueltas porque el GPS nos llevaba todo el tiempo a calles sin salida (aquello parecía el argumento de una peli de terror adolescente), mientras las no portadoras de GPS llegamos a la conclusión de que es una suerte poder perderse igual con un móvil más barato...

 Tuvimos que andar más de lo previsto también porque nos bajamos en una parada de tren anterior, ya que debido a un "accidente personal" -eufemismo con el que nombran a los suicidios en el tren- estuvieron paralizadas las líneas durante más de una hora y después seguían estando desajustadas. Aunque a nadie pareció afectarle especialmente aparte de por el evidente retraso, a mí me entristeció porque tenía la esperanza de con todo lo que ha sucedido con el terremoto y las centrales nucleares, la gente tomaría más conciencia y apreciaría más el valor de la vida. Quizá la vuelta a la normalidad tenga de malo eso...que vuelves a la normalidad con todas sus consecuencias, si es que a la tasa de suicidios japonesa se la puede llamar "normal". De todas formas no sé si estaré siendo demasiado optimista, pero tengo la sensación de que este año estoy viendo muchos menos suicidios en los trenes que en mis anteriores estancias. Tendré que esperar para contrastar datos de alguna forma y ver si de verdad es así, pero quisiera creer que algo está cambiando y que todo lo que ha ocurrido va a servir para algo...

Por cierto que ayer tuvimos dos terremotillos más, el primero fue en clase y la profesora hasta abrió la puerta y todo "por si acaso" porque al estar el aula en la planta 7ª del edificio se movía bastante, precisamente porque los edificios japoneses están construidos para ser muy flexibles y mecerse con los temblores. Y hablando de otro tipo de temblores, el martes hice por fin mi temida exposición del seminario de postgraduado y no me fue mal del todo. La profesora incluso se mostró congratulada y me dijo que podía pasar a la final, digooooo que le parecía un tema muy interesante y que esperaba con ganas ver mis progresos (toma, y yo).  Así que aunque no hice gala de un japonés impecable que digamos al menos sobreviví a la prueba, al menos hasta el próximo reto, pero he de decir que pasé mucho miedito los días anteriores. De hecho tuve la suerte de contar con la ayuda y solidaridad de mis compañeros, que se interesaron, me aguantaron, ayudaron y echaron una mano con la presentación y mi drama personal. La noche anterior estuvimos hasta las 3 de la mañana en la sala común con mi portátil y mis ángeles de la guardia (francesa y uzbeko respectivamente) aportando ideas, poniéndome a prueba con preguntas capciosas y obligándome a ensayar inflexibles látigo en mano porque me atrancaba con el japonés que daba gusto. Incluso otro compañero canadiense que estaba haciendo su propio trabajo me echó una mano con el repaso del esquema en inglés. La verdad es que no, no me puedo quejar y aunque la residencia no tenga las instalaciones más nuevas y sofisticadas de Tokio por momentos como ese no la cambiaría por nada.

Para despedirme (antes de seguir poniéndome sentimental) y enlazando de nuevo con temas culinarios alternativos, no me resisto a enseñaros este video que encontré en Facebook y me hizo mucha gracia.

Behold the glorious Pad Thai!!!!

Entre fogones…virtuales

秘密兵器 (himitsu heiki, arma secreta)
En el no-va-más de mi carrera hacia las cumbres del arte de la cocina sin cocina (que si fuera un arte marcial se llamaría algo así como mu-daidokoro-dou o el camino de la no-cocina  無台所道<---parida mental de las 00:45, que es lo que pasa por ponerme a actualizar a estas horas) me he agenciado con una nueva arma secreta: ni más ni menos que la famosa suihanki (炊飯器) o en cristiano, cacharro para cocer arroz. Este modelo incluye, además de funciones de programación, la peculiaridad de que cuando inicias la cocción suena "Campanitas del lugar" a todo volumen y cuando el arroz está listo suena otra melodía igual de discreta que aún no he logrado identificar.

Pero como no sólo de arroz (blanco) vive el hombre, me he pertrechado también de munición eficaz:

Recetas en jeroglífico para cocineros audaces
Que no es sino un libro de recetas de cocina para suihanki, de manera que puede utilizarse como los robots de cocina esos tan modernos y que ahora están tan de moda y que yo siempre he pensado que no más que suihankis sofisticadas. Efectivamente, usando sus funciones de cocción y horno puedes hacer guisos de todo tipo, pasta (pero los espaguetis hay que partirlos primero, indica la amarga experiencia, ejem), por supuesto arroces de todo tipo, asados de carne, pescado y verduras ¡y la máquina hasta tiene una función especial para hacer pasteles! El problema en ese caso sería batir las masas a mano, pero ese será otro escollo que habrá que superar en su momento, tampoco voy a llenar mis 15 metros cuadrados de cyborgs en el primer mes, ¿no? Por ahora tengo bastante con mi tostadora estilo americana, el hervidor de agua, la suihanki ¡y mi secador de pelo con chorro de iones negativos! Con este arsenal no habrá invasión alien que se me resista (aparte de la propia).

Además por fin conozco la ubicación del supermercado más cercano a la residencia (yo que creía que era una leyenda urbana) y aparte de estar bastante bien surtido lo mejor es que es ¡24 horas! así que si se me antoja hacer una paella a las 5 de la mañana no habrá quien me lo impida. El camino, eso sí, es sólo para iniciados y atraviesa una especie de solar que a mí curiosamente me resulta un sitio muy evocador. Los zombies que habéis deambulado por aquí comiendo cerebros con palillos ya sabéis que a pesar de la imagen que se tiene de Tokio en plan rascacielos y bullicio, en cuanto te alejas un poco del centro (un par de calles, en serio) lo que predomina en realidad son casitas bajas y barrios residenciales. Yo ahora vivo en un barrio especialmente residencial de casas unifamiliares y coches lujosos, pero no por eso los ángulos de las calles van a ser más rectos, Tokio es así... El solar al que me refiero en realidad tiene una calle central asfaltada pero está todo tan dejado y comido por la vegetación salvaje (cuya altura oscila entre mi cintura y mi hombro) y está entre dos bloques de edificios altos de apartamentos como los que salen en las "Pesadillas" de Katsuhiro Otomo, el autor de "Akira". Normalmente voy a comprar de noche porque es cuando vuelvo a casa (vaya que si agradece lo de las 24 horas) y tiene una extraña belleza (al menos para mí) el contraste de encontrar un lugar tan salvaje y olvidado en medio de un barrio tan urbanizado, ver la cabina solitaria en medio de la nada y andar por el sendero de cemento que serpentea entre el bosque de hierbajos (que dentro de poco van a ser un verdadero parque temático para los mosquitos), algunos árboles y bancos devorados por la masa verde entre los dos mamometros impersonales de cemento...es lo que tiene esta ciudad que nunca deja de sorprenderte. Otra calle cerca de la residencia tiene mucho tráfico pero doblas una esquina y ¡zas! un campo de coles de repente, igual que puedes encontrar un templo diminuto enclavado entre dos rascacielos en pleno Shinjuku, no me extrañaría que los urbanistas japoneses estudiaran alguna asignatura en la carrera que se llame "factor sopresa".

Aparte de que Tokio sea un caos callejero, la mayoría ya sabéis que tengo un don que roza lo sobrenatural para perderme, así que he venido al mejor sitio para desarrollar mis cualidades al límite. Y puede que sea un poder contagioso, porque la otra noche volvía de la universidad con otros compañeros en un grupo de 5, en el que 3 personas tenían GPS en el iphone. Pues bien, nos perdimos, MUCHISIMO. Estuvimos vagando por las calles oscuras dando vueltas y revueltas porque el GPS nos llevaba todo el tiempo a calles sin salida (aquello parecía el argumento de una peli de terror adolescente), mientras las no portadoras de GPS llegamos a la conclusión de que es una suerte poder perderse igual con un móvil más barato...

 Tuvimos que andar más de lo previsto también porque nos bajamos en una parada de tren anterior, ya que debido a un "accidente personal" -eufemismo con el que nombran a los suicidios en el tren- estuvieron paralizadas las líneas durante más de una hora y después seguían estando desajustadas. Aunque a nadie pareció afectarle especialmente aparte de por el evidente retraso, a mí me entristeció porque tenía la esperanza de con todo lo que ha sucedido con el terremoto y las centrales nucleares, la gente tomaría más conciencia y apreciaría más el valor de la vida. Quizá la vuelta a la normalidad tenga de malo eso...que vuelves a la normalidad con todas sus consecuencias, si es que a la tasa de suicidios japonesa se la puede llamar "normal". De todas formas no sé si estaré siendo demasiado optimista, pero tengo la sensación de que este año estoy viendo muchos menos suicidios en los trenes que en mis anteriores estancias. Tendré que esperar para contrastar datos de alguna forma y ver si de verdad es así, pero quisiera creer que algo está cambiando y que todo lo que ha ocurrido va a servir para algo...

Por cierto que ayer tuvimos dos terremotillos más, el primero fue en clase y la profesora hasta abrió la puerta y todo "por si acaso" porque al estar el aula en la planta 7ª del edificio se movía bastante, precisamente porque los edificios japoneses están construidos para ser muy flexibles y mecerse con los temblores. Y hablando de otro tipo de temblores, el martes hice por fin mi temida exposición del seminario de postgraduado y no me fue mal del todo. La profesora incluso se mostró congratulada y me dijo que podía pasar a la final, digooooo que le parecía un tema muy interesante y que esperaba con ganas ver mis progresos (toma, y yo).  Así que aunque no hice gala de un japonés impecable que digamos al menos sobreviví a la prueba, al menos hasta el próximo reto, pero he de decir que pasé mucho miedito los días anteriores. De hecho tuve la suerte de contar con la ayuda y solidaridad de mis compañeros, que se interesaron, me aguantaron, ayudaron y echaron una mano con la presentación y mi drama personal. La noche anterior estuvimos hasta las 3 de la mañana en la sala común con mi portátil y mis ángeles de la guardia (francesa y uzbeko respectivamente) aportando ideas, poniéndome a prueba con preguntas capciosas y obligándome a ensayar inflexibles látigo en mano porque me atrancaba con el japonés que daba gusto. Incluso otro compañero canadiense que estaba haciendo su propio trabajo me echó una mano con el repaso del esquema en inglés. La verdad es que no, no me puedo quejar y aunque la residencia no tenga las instalaciones más nuevas y sofisticadas de Tokio por momentos como ese no la cambiaría por nada.

Para despedirme (antes de seguir poniéndome sentimental) y enlazando de nuevo con temas culinarios alternativos, no me resisto a enseñaros este video que encontré en Facebook y me hizo mucha gracia.

Behold the glorious Pad Thai!!!!

Entre fogones…virtuales

秘密兵器 (himitsu heiki, arma secreta)
En el no-va-más de mi carrera hacia las cumbres del arte de la cocina sin cocina (que si fuera un arte marcial se llamaría algo así como mu-daidokoro-dou o el camino de la no-cocina  無台所道<---parida mental de las 00:45, que es lo que pasa por ponerme a actualizar a estas horas) me he agenciado con una nueva arma secreta: ni más ni menos que la famosa suihanki (炊飯器) o en cristiano, cacharro para cocer arroz. Este modelo incluye, además de funciones de programación, la peculiaridad de que cuando inicias la cocción suena "Campanitas del lugar" a todo volumen y cuando el arroz está listo suena otra melodía igual de discreta que aún no he logrado identificar.

Pero como no sólo de arroz (blanco) vive el hombre, me he pertrechado también de munición eficaz:

Recetas en jeroglífico para cocineros audaces
Que no es sino un libro de recetas de cocina para suihanki, de manera que puede utilizarse como los robots de cocina esos tan modernos y que ahora están tan de moda y que yo siempre he pensado que no más que suihankis sofisticadas. Efectivamente, usando sus funciones de cocción y horno puedes hacer guisos de todo tipo, pasta (pero los espaguetis hay que partirlos primero, indica la amarga experiencia, ejem), por supuesto arroces de todo tipo, asados de carne, pescado y verduras ¡y la máquina hasta tiene una función especial para hacer pasteles! El problema en ese caso sería batir las masas a mano, pero ese será otro escollo que habrá que superar en su momento, tampoco voy a llenar mis 15 metros cuadrados de cyborgs en el primer mes, ¿no? Por ahora tengo bastante con mi tostadora estilo americana, el hervidor de agua, la suihanki ¡y mi secador de pelo con chorro de iones negativos! Con este arsenal no habrá invasión alien que se me resista (aparte de la propia).

Además por fin conozco la ubicación del supermercado más cercano a la residencia (yo que creía que era una leyenda urbana) y aparte de estar bastante bien surtido lo mejor es que es ¡24 horas! así que si se me antoja hacer una paella a las 5 de la mañana no habrá quien me lo impida. El camino, eso sí, es sólo para iniciados y atraviesa una especie de solar que a mí curiosamente me resulta un sitio muy evocador. Los zombies que habéis deambulado por aquí comiendo cerebros con palillos ya sabéis que a pesar de la imagen que se tiene de Tokio en plan rascacielos y bullicio, en cuanto te alejas un poco del centro (un par de calles, en serio) lo que predomina en realidad son casitas bajas y barrios residenciales. Yo ahora vivo en un barrio especialmente residencial de casas unifamiliares y coches lujosos, pero no por eso los ángulos de las calles van a ser más rectos, Tokio es así... El solar al que me refiero en realidad tiene una calle central asfaltada pero está todo tan dejado y comido por la vegetación salvaje (cuya altura oscila entre mi cintura y mi hombro) y está entre dos bloques de edificios altos de apartamentos como los que salen en las "Pesadillas" de Katsuhiro Otomo, el autor de "Akira". Normalmente voy a comprar de noche porque es cuando vuelvo a casa (vaya que si agradece lo de las 24 horas) y tiene una extraña belleza (al menos para mí) el contraste de encontrar un lugar tan salvaje y olvidado en medio de un barrio tan urbanizado, ver la cabina solitaria en medio de la nada y andar por el sendero de cemento que serpentea entre el bosque de hierbajos (que dentro de poco van a ser un verdadero parque temático para los mosquitos), algunos árboles y bancos devorados por la masa verde entre los dos mamometros impersonales de cemento...es lo que tiene esta ciudad que nunca deja de sorprenderte. Otra calle cerca de la residencia tiene mucho tráfico pero doblas una esquina y ¡zas! un campo de coles de repente, igual que puedes encontrar un templo diminuto enclavado entre dos rascacielos en pleno Shinjuku, no me extrañaría que los urbanistas japoneses estudiaran alguna asignatura en la carrera que se llame "factor sopresa".

Aparte de que Tokio sea un caos callejero, la mayoría ya sabéis que tengo un don que roza lo sobrenatural para perderme, así que he venido al mejor sitio para desarrollar mis cualidades al límite. Y puede que sea un poder contagioso, porque la otra noche volvía de la universidad con otros compañeros en un grupo de 5, en el que 3 personas tenían GPS en el iphone. Pues bien, nos perdimos, MUCHISIMO. Estuvimos vagando por las calles oscuras dando vueltas y revueltas porque el GPS nos llevaba todo el tiempo a calles sin salida (aquello parecía el argumento de una peli de terror adolescente), mientras las no portadoras de GPS llegamos a la conclusión de que es una suerte poder perderse igual con un móvil más barato...

 Tuvimos que andar más de lo previsto también porque nos bajamos en una parada de tren anterior, ya que debido a un "accidente personal" -eufemismo con el que nombran a los suicidios en el tren- estuvieron paralizadas las líneas durante más de una hora y después seguían estando desajustadas. Aunque a nadie pareció afectarle especialmente aparte de por el evidente retraso, a mí me entristeció porque tenía la esperanza de con todo lo que ha sucedido con el terremoto y las centrales nucleares, la gente tomaría más conciencia y apreciaría más el valor de la vida. Quizá la vuelta a la normalidad tenga de malo eso...que vuelves a la normalidad con todas sus consecuencias, si es que a la tasa de suicidios japonesa se la puede llamar "normal". De todas formas no sé si estaré siendo demasiado optimista, pero tengo la sensación de que este año estoy viendo muchos menos suicidios en los trenes que en mis anteriores estancias. Tendré que esperar para contrastar datos de alguna forma y ver si de verdad es así, pero quisiera creer que algo está cambiando y que todo lo que ha ocurrido va a servir para algo...

Por cierto que ayer tuvimos dos terremotillos más, el primero fue en clase y la profesora hasta abrió la puerta y todo "por si acaso" porque al estar el aula en la planta 7ª del edificio se movía bastante, precisamente porque los edificios japoneses están construidos para ser muy flexibles y mecerse con los temblores. Y hablando de otro tipo de temblores, el martes hice por fin mi temida exposición del seminario de postgraduado y no me fue mal del todo. La profesora incluso se mostró congratulada y me dijo que podía pasar a la final, digooooo que le parecía un tema muy interesante y que esperaba con ganas ver mis progresos (toma, y yo).  Así que aunque no hice gala de un japonés impecable que digamos al menos sobreviví a la prueba, al menos hasta el próximo reto, pero he de decir que pasé mucho miedito los días anteriores. De hecho tuve la suerte de contar con la ayuda y solidaridad de mis compañeros, que se interesaron, me aguantaron, ayudaron y echaron una mano con la presentación y mi drama personal. La noche anterior estuvimos hasta las 3 de la mañana en la sala común con mi portátil y mis ángeles de la guardia (francesa y uzbeko respectivamente) aportando ideas, poniéndome a prueba con preguntas capciosas y obligándome a ensayar inflexibles látigo en mano porque me atrancaba con el japonés que daba gusto. Incluso otro compañero canadiense que estaba haciendo su propio trabajo me echó una mano con el repaso del esquema en inglés. La verdad es que no, no me puedo quejar y aunque la residencia no tenga las instalaciones más nuevas y sofisticadas de Tokio por momentos como ese no la cambiaría por nada.

Para despedirme (antes de seguir poniéndome sentimental) y enlazando de nuevo con temas culinarios alternativos, no me resisto a enseñaros este video que encontré en Facebook y me hizo mucha gracia.

Behold the glorious Pad Thai!!!!

Back to School

Comenzamos las clases el viernes pasado y ahora estamos en la semana de ajuste en la que vas probando las asignaturas que has registrado en tu matrícula y compruebas el nivel. Como ya comenté, se supone que mi nivel es 5 de 8 así que voy a clases de nivel 5 ó 5-6, aunque por circunstancias de la vida (también llamado por pasarme de lista) puede que acabe por tener que ir a la gramática del 6, que me viene un poco grande pero esto no es nada comparado con el horror que me producen los seminarios con los estudiantes de doctorado en la facultad de letras...hoy he tenido la primera clase y ha sido un día completito que paso a detallar a continuación:

-El momento suspense lo tuve anoche cuando recibí con gran alborozo un mail de mi supervisora diciendo que hoy teníamos que hacer una pequeña presentación de nuestro tema de investigación, tema que ha sido preparado entre huecos de clases y taquicardias varias.

-El momento dopaje ha venido cuando me he comprado una supuesta inocua bebida de vitamina C y ha resultado que tenía cafeína, así que me he puesto como una moto (más). Debí suponerlo porque aquí todo lleva cafeína, hasta algunos smints, hasta los niños beben café a gogó a pesar de que el alcohol no es legal hasta los veinte...

-El momento alien llega cada vez que entro en mi campus, que está separado del central a la asombrosa distancia de diez minutos. A pesar de estar en la supuestamente más internacional de todas las universidades de Japón, en la facultad de letras estamos muy pocos extranjeros y cada vez que voy la gente se sorprende de verme (al final digo yo que se sabrán mi cara y dejarán de mirarme así), sobre todo lo que más choca es que no sólo te miran sino que además comentan y resulta un poco esquizofrénico estar oyendo a tu alrededor todo el rato "gaijin", "gaijin", "gaijin"...no sé si a los guiris residentes en España les pasará igual pero a veces uno acaba hasta las narices de alienificación.

-El momento survival horror ha venido cuando he ido (efectivamente) al primer día en el seminario y no, no es que vaya a coger los votos, es que es como le llaman a las clases de pocos alumnos donde se discute sobre un tema, que para lo pacíficos que son mira que les gusta discutir...Por supuesto en la facultad de letras todo es absolutamente en japonés y hoy hemos tenido la temida (primera) presentación, donde he hecho lo que he podido. Mi supervisora (que es una lástima pero no parece del tipo de las que te invita a un té y te pregunta si necesitas algo, como los que tienen otros becados, parece más del corte profesora de Fama, sniffff,) me ha dejado claro que esa clase es de discusión y que tengo que opinar sobre las tesis de los demás. Como no sabía muy bien cómo explicarle a la buena señora que de todo lo que hablan en un 80% yo oigo un mono tocando los platillos lo he dejado correr por no discutir...porque me da que no era ese el tipo de discusión que estaba esperando. Peor que eso es que todos tenemos que hacer una presentación de 30 minutos sobre nuestro tema de investigación y peor aún es que a mí ha ordenado hacerlo la primera el martes que viene, sin anestesia ni nada. En japonés, claro...

Confieso que todo esto me ha dado un poco de bajón, también es que hoy ha hecho un bochorno asqueroso todo el día y aparte del agua de mi cuerpo lo que también se evapora que da gusto es el dinero, entre la pasta que me dejo en transporte cada día para ir a clase (en total: 4 trenes y 2 autobuses contando que hago los trechos de autobús a pata a la vuelta), así que ando bastante y entre unas cosas y otras no es de extrañar que cada vez se me caigan más los pantalones. En el súper me he permitido el capricho de comprar una cajita de fresas al módico precio de 5 euros y eran las más baratas, podían valer hasta el doble, pero habrá que comer algo de fruta, digo yo.

Pero no todo ha sido desalentador hoy. Ha habido un momento de autoestima positiva cuando me he encontrado a una compañera brasileña y a sus nuevos amigos del nivel 1 (donde el ambiente parece más sociable que en el nivel 5-6, donde estoy rodeada de asiáticos digamos poco comunicativos y algún caso aislado de europeos, normalmente rusos y aparentemente no mucho más dicharacheros). La brasileña y yo estábamos comentando que nos intimida hablar inglés con nativos porque nos sentimos torpes y yo añadí que me cuesta un montón colocar el acento. A esto el chico americano (creo que de Nueva York) me miró muy serio y me dijo "pues que sepas que el acento español es el mejor acento del mundo para el inglés. Nos resulta muy atractivo alguien hablando con acento español así que por favor no pierdas nunca el tuyo". ¡¡¡No me digáis que no es una estupenda noticia!!! Así que chicos ya sabéis, tenemos un acento adorable cuando hablamos inglés, no lo perdáis nunca ;-)

Escorbuto o insolvencia, difícil dicotomía.

Los kamis y las kakas

La prueba fehaciente de que compro obentos de oferta.

¿Qué tal os ha ido la semana? A mí me ha tenido de lo más entretenida. Ha incluido la típica visita al barrio tradicional de Asakusa (por cuarta vez) en un abarrotado día de puente y la no menos típica posterior visita a Akihabara (la Ciudad Electrónica, meca de los otakus) que nunca fue uno de mis sitios preferidos y además hizo bastante mal tiempo, pero al menos comimos un ramen estupendo.


El Spiderman de Asakusa y mi extraña incapacidad para girar la foto (a este blogger le faltan unas cuantas opciones, o yo soy una inepta, que todo puede ser)

El Señor del Antifaz (ya retirado) con pose desafiante ante los koinobori

El 5 de mayo es el Kodomo no Hi ("Día de los Niños") y en su honor se cuelgan las típicas banderas-cometas en forma de carpa. Para celebrarlo fui a un matsuri (festival) en Chofu, donde aparte de reencontrarme con amigos españoles pude probar cosillas ricas de los puestecillos que suele haber en días señalados alrededor de los templos: yakisoba, takoyaki, okonomiyaki y casi todo lo que acabe en yaki. El contrapunto a los abuelillos adorables de los que hago apología lo dieron los viejos avinagrados de las "cofradías" del templo, los cuales (aparte de su bajo PH generalizado), parecen un tanto xenófobos porque nos echaron sin miramientos de una zona y durante el desfile con las carrozas le pegaron un empujón a un chico español que estaba tratando de hacer una foto, que barbaridad estos a la mínima se ponen a invadir Corea otra vez...En las casetas del festival resultaba curioso ver a grupos de hombres con un tufillo a yakuza difícil de disimular: a saber, grupo de maromos con cara de malotes, trajeados, repeinados, bebiendo como cosacos y con cara traerse algo entre manos,  pero nosotros desde luego no nos quedamos allí comprobando cuántos dedos tenían.

Por cierto y respondiendo a una pregunta de Diego: los kamis o kamisamas, son los espíritus de la naturaleza de la religión shinto, que no llega a ser animista (porque se suponen que los kamis no son dioses en sí), pero se acerca en el concepto. Hay de los árboles, cascadas, montañas y hasta campos de arroz...y son venerados desde la Antigüedad. Para más información la wikipedia os puede dar una idea: http://en.wikipedia.org/wiki/Kami    Yo estoy cada vez más convertida al shinto y sus templos son lugares que resultan sagrados no porque den la impresión de estar construidos para impresionar o hacerte sentir culpable, sino porque transmiten una sensación de paz que te hacen sentir en armonía con la naturaleza. Seguramente haya comentado esto ya en algún post anterior, pero dicen que los japoneses nacen shintoístas, se casan cristianos (aunque muchos siguen haciéndolo por el rito shinto) y se mueren budistas, porque es el rito con el que celebran los funerales. Gracias Diego por tu pregunta y os animo a todos a que me preguntéis lo que no entendáis, que muchas cosas las doy por sabidas porque tengo la impresión de que me repito más que el chorizo, pero obviamente no tenéis por qué saberlas.


El arriba mencionado takoyaki, que son bolas de masa rellena con trocitos de pulpo, cuya elaboración es todo un proceso como podéis observar (imágenes de archivo, osea, rapiñadas de google).


El otro día fuimos a un restaurante de Shibuya de esos de "hágaselo usted mismo y salga oliendo a fritanguilla por el mismo precio" y nos atrevimos a experimentar con las bolitas de pulpo. Por supuesto acabamos pidiendo ayuda a la camarera que nos asistió en el proceso de ir formando las esferas, pero más o menos me quedé con el cante y la próxima vez me voy a animar a entrar en materia.

Otra de las cosas que he hice durante el puente aparte de seguir viendo exposiciones como loca para ponerme al día (parece que no, pero han dado de sí estos días) fue visitar mi antiguo lugar de trabajo, vórtice de mis sueños y pesadillas durante más de un año. Fue extraño volver como visita y fue emocionante encontrarse con caras conocidas, de hecho antes de cruzar el umbral ya me estaban llamando a voces el primer grupo de joviales jefes que me habían reconocido a distancia. Todos mis ex-compañeros fueron muy cariñosos, cada uno a su manera y el señor director incluso (al quizá recordéis de episodios anteriores por sus indumentaria psicodélica y sus comentarios no menos piscodélicos) normalmente más bien poco dado a efusividades sentimentales y menos a mí, me miró como un padre orgulloso y me dijo que era admirable que hubiese venido a Japón en un momento como este y verdaderamente de agradecer. Así que me puse tan feliz sintiéndome bien acogida y pensando que quizá yo también había puesto mi nano-granito de arena para ayudar a normalizar un poco la situación en el país. Por otro lado, de todos mis esfuerzos apostólicos por extender la enseñanza del español, con lo único que se quedaron fue con la palabra "caca", ¡qué cruz....! Para el que no conozca la historia: http://iwantyourbrain.blogspot.com/2009/05/mi-primer-viaje-de-negocios.html Esto ha traído cola en más de un sentido: de hecho uno de los jefes me preguntó "¿has saludado ya al señor caca-negra?"-refiriéndose a otro compañero- y por otro, ahora a todo el mundo le dan mucha risa los onigiris de okaka (ya sabéis que se coloca la o de respeto delante de casi todo), pero que en realidad no son más que esto: http://es.wikipedia.org/wiki/Katsuobushi También volví a encontrarme con la Reina de Corazones (la que fuera mi Archinémesis) y nos saludamos cordialmente, incluso habló de ir a comer algún día (lo que me pareció ya pasarse un poco pero bueno). A pesar de que seguramente el 80% de su actuación responda al saber estar del que le gusta hacer gala (por algo es La Reina), pienso o al menos quiero pensar que una parte de ella también habrá tenido tiempo para reflexionar y decidir que tengamos un buen final, al fin y al cabo yo siempre la admiraré y una vez fuera de su feudo podemos tratarnos como "honorables enemigas" con algo más de estilo.

Back to School

Comenzamos las clases el viernes pasado y ahora estamos en la semana de ajuste en la que vas probando las asignaturas que has registrado en tu matrícula y compruebas el nivel. Como ya comenté, se supone que mi nivel es 5 de 8 así que voy a clases de nivel 5 ó 5-6, aunque por circunstancias de la vida (también llamado por pasarme de lista) puede que acabe por tener que ir a la gramática del 6, que me viene un poco grande pero esto no es nada comparado con el horror que me producen los seminarios con los estudiantes de doctorado en la facultad de letras...hoy he tenido la primera clase y ha sido un día completito que paso a detallar a continuación:

-El momento suspense lo tuve anoche cuando recibí con gran alborozo un mail de mi supervisora diciendo que hoy teníamos que hacer una pequeña presentación de nuestro tema de investigación, tema que ha sido preparado entre huecos de clases y taquicardias varias.

-El momento dopaje ha venido cuando me he comprado una supuesta inocua bebida de vitamina C y ha resultado que tenía cafeína, así que me he puesto como una moto (más). Debí suponerlo porque aquí todo lleva cafeína, hasta algunos smints, hasta los niños beben café a gogó a pesar de que el alcohol no es legal hasta los veinte...

-El momento alien llega cada vez que entro en mi campus, que está separado del central a la asombrosa distancia de diez minutos. A pesar de estar en la supuestamente más internacional de todas las universidades de Japón, en la facultad de letras estamos muy pocos extranjeros y cada vez que voy la gente se sorprende de verme (al final digo yo que se sabrán mi cara y dejarán de mirarme así), sobre todo lo que más choca es que no sólo te miran sino que además comentan y resulta un poco esquizofrénico estar oyendo a tu alrededor todo el rato "gaijin", "gaijin", "gaijin"...no sé si a los guiris residentes en España les pasará igual pero a veces uno acaba hasta las narices de alienificación.

-El momento survival horror ha venido cuando he ido (efectivamente) al primer día en el seminario y no, no es que vaya a coger los votos, es que es como le llaman a las clases de pocos alumnos donde se discute sobre un tema, que para lo pacíficos que son mira que les gusta discutir...Por supuesto en la facultad de letras todo es absolutamente en japonés y hoy hemos tenido la temida (primera) presentación, donde he hecho lo que he podido. Mi supervisora (que es una lástima pero no parece del tipo de las que te invita a un té y te pregunta si necesitas algo, como los que tienen otros becados, parece más del corte profesora de Fama, sniffff,) me ha dejado claro que esa clase es de discusión y que tengo que opinar sobre las tesis de los demás. Como no sabía muy bien cómo explicarle a la buena señora que de todo lo que hablan en un 80% yo oigo un mono tocando los platillos lo he dejado correr por no discutir...porque me da que no era ese el tipo de discusión que estaba esperando. Peor que eso es que todos tenemos que hacer una presentación de 30 minutos sobre nuestro tema de investigación y peor aún es que a mí ha ordenado hacerlo la primera el martes que viene, sin anestesia ni nada. En japonés, claro...

Confieso que todo esto me ha dado un poco de bajón, también es que hoy ha hecho un bochorno asqueroso todo el día y aparte del agua de mi cuerpo lo que también se evapora que da gusto es el dinero, entre la pasta que me dejo en transporte cada día para ir a clase (en total: 4 trenes y 2 autobuses contando que hago los trechos de autobús a pata a la vuelta), así que ando bastante y entre unas cosas y otras no es de extrañar que cada vez se me caigan más los pantalones. En el súper me he permitido el capricho de comprar una cajita de fresas al módico precio de 5 euros y eran las más baratas, podían valer hasta el doble, pero habrá que comer algo de fruta, digo yo.

Pero no todo ha sido desalentador hoy. Ha habido un momento de autoestima positiva cuando me he encontrado a una compañera brasileña y a sus nuevos amigos del nivel 1 (donde el ambiente parece más sociable que en el nivel 5-6, donde estoy rodeada de asiáticos digamos poco comunicativos y algún caso aislado de europeos, normalmente rusos y aparentemente no mucho más dicharacheros). La brasileña y yo estábamos comentando que nos intimida hablar inglés con nativos porque nos sentimos torpes y yo añadí que me cuesta un montón colocar el acento. A esto el chico americano (creo que de Nueva York) me miró muy serio y me dijo "pues que sepas que el acento español es el mejor acento del mundo para el inglés. Nos resulta muy atractivo alguien hablando con acento español así que por favor no pierdas nunca el tuyo". ¡¡¡No me digáis que no es una estupenda noticia!!! Así que chicos ya sabéis, tenemos un acento adorable cuando hablamos inglés, no lo perdáis nunca ;-)

Escorbuto o insolvencia, difícil dicotomía.

Back to School

Comenzamos las clases el viernes pasado y ahora estamos en la semana de ajuste en la que vas probando las asignaturas que has registrado en tu matrícula y compruebas el nivel. Como ya comenté, se supone que mi nivel es 5 de 8 así que voy a clases de nivel 5 ó 5-6, aunque por circunstancias de la vida (también llamado por pasarme de lista) puede que acabe por tener que ir a la gramática del 6, que me viene un poco grande pero esto no es nada comparado con el horror que me producen los seminarios con los estudiantes de doctorado en la facultad de letras...hoy he tenido la primera clase y ha sido un día completito que paso a detallar a continuación:

-El momento suspense lo tuve anoche cuando recibí con gran alborozo un mail de mi supervisora diciendo que hoy teníamos que hacer una pequeña presentación de nuestro tema de investigación, tema que ha sido preparado entre huecos de clases y taquicardias varias.

-El momento dopaje ha venido cuando me he comprado una supuesta inocua bebida de vitamina C y ha resultado que tenía cafeína, así que me he puesto como una moto (más). Debí suponerlo porque aquí todo lleva cafeína, hasta algunos smints, hasta los niños beben café a gogó a pesar de que el alcohol no es legal hasta los veinte...

-El momento alien llega cada vez que entro en mi campus, que está separado del central a la asombrosa distancia de diez minutos. A pesar de estar en la supuestamente más internacional de todas las universidades de Japón, en la facultad de letras estamos muy pocos extranjeros y cada vez que voy la gente se sorprende de verme (al final digo yo que se sabrán mi cara y dejarán de mirarme así), sobre todo lo que más choca es que no sólo te miran sino que además comentan y resulta un poco esquizofrénico estar oyendo a tu alrededor todo el rato "gaijin", "gaijin", "gaijin"...no sé si a los guiris residentes en España les pasará igual pero a veces uno acaba hasta las narices de alienificación.

-El momento survival horror ha venido cuando he ido (efectivamente) al primer día en el seminario y no, no es que vaya a coger los votos, es que es como le llaman a las clases de pocos alumnos donde se discute sobre un tema, que para lo pacíficos que son mira que les gusta discutir...Por supuesto en la facultad de letras todo es absolutamente en japonés y hoy hemos tenido la temida (primera) presentación, donde he hecho lo que he podido. Mi supervisora (que es una lástima pero no parece del tipo de las que te invita a un té y te pregunta si necesitas algo, como los que tienen otros becados, parece más del corte profesora de Fama, sniffff,) me ha dejado claro que esa clase es de discusión y que tengo que opinar sobre las tesis de los demás. Como no sabía muy bien cómo explicarle a la buena señora que de todo lo que hablan en un 80% yo oigo un mono tocando los platillos lo he dejado correr por no discutir...porque me da que no era ese el tipo de discusión que estaba esperando. Peor que eso es que todos tenemos que hacer una presentación de 30 minutos sobre nuestro tema de investigación y peor aún es que a mí ha ordenado hacerlo la primera el martes que viene, sin anestesia ni nada. En japonés, claro...

Confieso que todo esto me ha dado un poco de bajón, también es que hoy ha hecho un bochorno asqueroso todo el día y aparte del agua de mi cuerpo lo que también se evapora que da gusto es el dinero, entre la pasta que me dejo en transporte cada día para ir a clase (en total: 4 trenes y 2 autobuses contando que hago los trechos de autobús a pata a la vuelta), así que ando bastante y entre unas cosas y otras no es de extrañar que cada vez se me caigan más los pantalones. En el súper me he permitido el capricho de comprar una cajita de fresas al módico precio de 5 euros y eran las más baratas, podían valer hasta el doble, pero habrá que comer algo de fruta, digo yo.

Pero no todo ha sido desalentador hoy. Ha habido un momento de autoestima positiva cuando me he encontrado a una compañera brasileña y a sus nuevos amigos del nivel 1 (donde el ambiente parece más sociable que en el nivel 5-6, donde estoy rodeada de asiáticos digamos poco comunicativos y algún caso aislado de europeos, normalmente rusos y aparentemente no mucho más dicharacheros). La brasileña y yo estábamos comentando que nos intimida hablar inglés con nativos porque nos sentimos torpes y yo añadí que me cuesta un montón colocar el acento. A esto el chico americano (creo que de Nueva York) me miró muy serio y me dijo "pues que sepas que el acento español es el mejor acento del mundo para el inglés. Nos resulta muy atractivo alguien hablando con acento español así que por favor no pierdas nunca el tuyo". ¡¡¡No me digáis que no es una estupenda noticia!!! Así que chicos ya sabéis, tenemos un acento adorable cuando hablamos inglés, no lo perdáis nunca ;-)

Escorbuto o insolvencia, difícil dicotomía.

Los kamis y las kakas

La prueba fehaciente de que compro obentos de oferta.

¿Qué tal os ha ido la semana? A mí me ha tenido de lo más entretenida. Ha incluido la típica visita al barrio tradicional de Asakusa (por cuarta vez) en un abarrotado día de puente y la no menos típica posterior visita a Akihabara (la Ciudad Electrónica, meca de los otakus) que nunca fue uno de mis sitios preferidos y además hizo bastante mal tiempo, pero al menos comimos un ramen estupendo.


El Spiderman de Asakusa y mi extraña incapacidad para girar la foto (a este blogger le faltan unas cuantas opciones, o yo soy una inepta, que todo puede ser)

El Señor del Antifaz (ya retirado) con pose desafiante ante los koinobori

El 5 de mayo es el Kodomo no Hi ("Día de los Niños") y en su honor se cuelgan las típicas banderas-cometas en forma de carpa. Para celebrarlo fui a un matsuri (festival) en Chofu, donde aparte de reencontrarme con amigos españoles pude probar cosillas ricas de los puestecillos que suele haber en días señalados alrededor de los templos: yakisoba, takoyaki, okonomiyaki y casi todo lo que acabe en yaki. El contrapunto a los abuelillos adorables de los que hago apología lo dieron los viejos avinagrados de las "cofradías" del templo, los cuales (aparte de su bajo PH generalizado), parecen un tanto xenófobos porque nos echaron sin miramientos de una zona y durante el desfile con las carrozas le pegaron un empujón a un chico español que estaba tratando de hacer una foto, que barbaridad estos a la mínima se ponen a invadir Corea otra vez...En las casetas del festival resultaba curioso ver a grupos de hombres con un tufillo a yakuza difícil de disimular: a saber, grupo de maromos con cara de malotes, trajeados, repeinados, bebiendo como cosacos y con cara traerse algo entre manos,  pero nosotros desde luego no nos quedamos allí comprobando cuántos dedos tenían.

Por cierto y respondiendo a una pregunta de Diego: los kamis o kamisamas, son los espíritus de la naturaleza de la religión shinto, que no llega a ser animista (porque se suponen que los kamis no son dioses en sí), pero se acerca en el concepto. Hay de los árboles, cascadas, montañas y hasta campos de arroz...y son venerados desde la Antigüedad. Para más información la wikipedia os puede dar una idea: http://en.wikipedia.org/wiki/Kami    Yo estoy cada vez más convertida al shinto y sus templos son lugares que resultan sagrados no porque den la impresión de estar construidos para impresionar o hacerte sentir culpable, sino porque transmiten una sensación de paz que te hacen sentir en armonía con la naturaleza. Seguramente haya comentado esto ya en algún post anterior, pero dicen que los japoneses nacen shintoístas, se casan cristianos (aunque muchos siguen haciéndolo por el rito shinto) y se mueren budistas, porque es el rito con el que celebran los funerales. Gracias Diego por tu pregunta y os animo a todos a que me preguntéis lo que no entendáis, que muchas cosas las doy por sabidas porque tengo la impresión de que me repito más que el chorizo, pero obviamente no tenéis por qué saberlas.


El arriba mencionado takoyaki, que son bolas de masa rellena con trocitos de pulpo, cuya elaboración es todo un proceso como podéis observar (imágenes de archivo, osea, rapiñadas de google).


El otro día fuimos a un restaurante de Shibuya de esos de "hágaselo usted mismo y salga oliendo a fritanguilla por el mismo precio" y nos atrevimos a experimentar con las bolitas de pulpo. Por supuesto acabamos pidiendo ayuda a la camarera que nos asistió en el proceso de ir formando las esferas, pero más o menos me quedé con el cante y la próxima vez me voy a animar a entrar en materia.

Otra de las cosas que he hice durante el puente aparte de seguir viendo exposiciones como loca para ponerme al día (parece que no, pero han dado de sí estos días) fue visitar mi antiguo lugar de trabajo, vórtice de mis sueños y pesadillas durante más de un año. Fue extraño volver como visita y fue emocionante encontrarse con caras conocidas, de hecho antes de cruzar el umbral ya me estaban llamando a voces el primer grupo de joviales jefes que me habían reconocido a distancia. Todos mis ex-compañeros fueron muy cariñosos, cada uno a su manera y el señor director incluso (al quizá recordéis de episodios anteriores por sus indumentaria psicodélica y sus comentarios no menos piscodélicos) normalmente más bien poco dado a efusividades sentimentales y menos a mí, me miró como un padre orgulloso y me dijo que era admirable que hubiese venido a Japón en un momento como este y verdaderamente de agradecer. Así que me puse tan feliz sintiéndome bien acogida y pensando que quizá yo también había puesto mi nano-granito de arena para ayudar a normalizar un poco la situación en el país. Por otro lado, de todos mis esfuerzos apostólicos por extender la enseñanza del español, con lo único que se quedaron fue con la palabra "caca", ¡qué cruz....! Para el que no conozca la historia: http://iwantyourbrain.blogspot.com/2009/05/mi-primer-viaje-de-negocios.html Esto ha traído cola en más de un sentido: de hecho uno de los jefes me preguntó "¿has saludado ya al señor caca-negra?"-refiriéndose a otro compañero- y por otro, ahora a todo el mundo le dan mucha risa los onigiris de okaka (ya sabéis que se coloca la o de respeto delante de casi todo), pero que en realidad no son más que esto: http://es.wikipedia.org/wiki/Katsuobushi También volví a encontrarme con la Reina de Corazones (la que fuera mi Archinémesis) y nos saludamos cordialmente, incluso habló de ir a comer algún día (lo que me pareció ya pasarse un poco pero bueno). A pesar de que seguramente el 80% de su actuación responda al saber estar del que le gusta hacer gala (por algo es La Reina), pienso o al menos quiero pensar que una parte de ella también habrá tenido tiempo para reflexionar y decidir que tengamos un buen final, al fin y al cabo yo siempre la admiraré y una vez fuera de su feudo podemos tratarnos como "honorables enemigas" con algo más de estilo.

Los kamis y las kakas

La prueba fehaciente de que compro obentos de oferta.

¿Qué tal os ha ido la semana? A mí me ha tenido de lo más entretenida. Ha incluido la típica visita al barrio tradicional de Asakusa (por cuarta vez) en un abarrotado día de puente y la no menos típica posterior visita a Akihabara (la Ciudad Electrónica, meca de los otakus) que nunca fue uno de mis sitios preferidos y además hizo bastante mal tiempo, pero al menos comimos un ramen estupendo.


El Spiderman de Asakusa y mi extraña incapacidad para girar la foto (a este blogger le faltan unas cuantas opciones, o yo soy una inepta, que todo puede ser)

El Señor del Antifaz (ya retirado) con pose desafiante ante los koinobori

El 5 de mayo es el Kodomo no Hi ("Día de los Niños") y en su honor se cuelgan las típicas banderas-cometas en forma de carpa. Para celebrarlo fui a un matsuri (festival) en Chofu, donde aparte de reencontrarme con amigos españoles pude probar cosillas ricas de los puestecillos que suele haber en días señalados alrededor de los templos: yakisoba, takoyaki, okonomiyaki y casi todo lo que acabe en yaki. El contrapunto a los abuelillos adorables de los que hago apología lo dieron los viejos avinagrados de las "cofradías" del templo, los cuales (aparte de su bajo PH generalizado), parecen un tanto xenófobos porque nos echaron sin miramientos de una zona y durante el desfile con las carrozas le pegaron un empujón a un chico español que estaba tratando de hacer una foto, que barbaridad estos a la mínima se ponen a invadir Corea otra vez...En las casetas del festival resultaba curioso ver a grupos de hombres con un tufillo a yakuza difícil de disimular: a saber, grupo de maromos con cara de malotes, trajeados, repeinados, bebiendo como cosacos y con cara traerse algo entre manos,  pero nosotros desde luego no nos quedamos allí comprobando cuántos dedos tenían.

Por cierto y respondiendo a una pregunta de Diego: los kamis o kamisamas, son los espíritus de la naturaleza de la religión shinto, que no llega a ser animista (porque se suponen que los kamis no son dioses en sí), pero se acerca en el concepto. Hay de los árboles, cascadas, montañas y hasta campos de arroz...y son venerados desde la Antigüedad. Para más información la wikipedia os puede dar una idea: http://en.wikipedia.org/wiki/Kami    Yo estoy cada vez más convertida al shinto y sus templos son lugares que resultan sagrados no porque den la impresión de estar construidos para impresionar o hacerte sentir culpable, sino porque transmiten una sensación de paz que te hacen sentir en armonía con la naturaleza. Seguramente haya comentado esto ya en algún post anterior, pero dicen que los japoneses nacen shintoístas, se casan cristianos (aunque muchos siguen haciéndolo por el rito shinto) y se mueren budistas, porque es el rito con el que celebran los funerales. Gracias Diego por tu pregunta y os animo a todos a que me preguntéis lo que no entendáis, que muchas cosas las doy por sabidas porque tengo la impresión de que me repito más que el chorizo, pero obviamente no tenéis por qué saberlas.


El arriba mencionado takoyaki, que son bolas de masa rellena con trocitos de pulpo, cuya elaboración es todo un proceso como podéis observar (imágenes de archivo, osea, rapiñadas de google).


El otro día fuimos a un restaurante de Shibuya de esos de "hágaselo usted mismo y salga oliendo a fritanguilla por el mismo precio" y nos atrevimos a experimentar con las bolitas de pulpo. Por supuesto acabamos pidiendo ayuda a la camarera que nos asistió en el proceso de ir formando las esferas, pero más o menos me quedé con el cante y la próxima vez me voy a animar a entrar en materia.

Otra de las cosas que he hice durante el puente aparte de seguir viendo exposiciones como loca para ponerme al día (parece que no, pero han dado de sí estos días) fue visitar mi antiguo lugar de trabajo, vórtice de mis sueños y pesadillas durante más de un año. Fue extraño volver como visita y fue emocionante encontrarse con caras conocidas, de hecho antes de cruzar el umbral ya me estaban llamando a voces el primer grupo de joviales jefes que me habían reconocido a distancia. Todos mis ex-compañeros fueron muy cariñosos, cada uno a su manera y el señor director incluso (al quizá recordéis de episodios anteriores por sus indumentaria psicodélica y sus comentarios no menos piscodélicos) normalmente más bien poco dado a efusividades sentimentales y menos a mí, me miró como un padre orgulloso y me dijo que era admirable que hubiese venido a Japón en un momento como este y verdaderamente de agradecer. Así que me puse tan feliz sintiéndome bien acogida y pensando que quizá yo también había puesto mi nano-granito de arena para ayudar a normalizar un poco la situación en el país. Por otro lado, de todos mis esfuerzos apostólicos por extender la enseñanza del español, con lo único que se quedaron fue con la palabra "caca", ¡qué cruz....! Para el que no conozca la historia: http://iwantyourbrain.blogspot.com/2009/05/mi-primer-viaje-de-negocios.html Esto ha traído cola en más de un sentido: de hecho uno de los jefes me preguntó "¿has saludado ya al señor caca-negra?"-refiriéndose a otro compañero- y por otro, ahora a todo el mundo le dan mucha risa los onigiris de okaka (ya sabéis que se coloca la o de respeto delante de casi todo), pero que en realidad no son más que esto: http://es.wikipedia.org/wiki/Katsuobushi También volví a encontrarme con la Reina de Corazones (la que fuera mi Archinémesis) y nos saludamos cordialmente, incluso habló de ir a comer algún día (lo que me pareció ya pasarse un poco pero bueno). A pesar de que seguramente el 80% de su actuación responda al saber estar del que le gusta hacer gala (por algo es La Reina), pienso o al menos quiero pensar que una parte de ella también habrá tenido tiempo para reflexionar y decidir que tengamos un buen final, al fin y al cabo yo siempre la admiraré y una vez fuera de su feudo podemos tratarnos como "honorables enemigas" con algo más de estilo.

Aliens y otros invasores

A pesar de no tener un duro hasta que cobre la beca y tener que pagar todavía alquiler y fianza de la residencia, resultaba absolutamente necesario tener una cubitera que fabrique "ice invaders". Será que me sentía identificada con los pequeños invasores del espacio, al fin y al cabo en dos semanas tendré que ir a recoger mi "Alien Card"  o en japonés 外国人登録証明書 Gaikokujintourokushoumeisho, (hay que coger aire antes de decirlo de carrerilla).


Hoy ha sido un día un poco extraño. Quería ir a ver dos exposiciones al Museo de Arte Contemporáneo de Tokio, pero tras atravesarme la ciudad en diversos transbordos y andar un ratico me he encontrado que estaba...CERRADO. Así que con resignación me he sentado en un banco a buscar con el móvil en la página del museo a ver qué pasaba (para lo cual primero he tenido que descargar un programa) y al final resultaba que los lunes festivos se pasan al martes y por eso hoy no abrían, brillante por mi parte no habérseme ocurrido. También desde el móvil he buscado otra alternativa y he acabado cruzándome la ciudad hacia otro lado para ir al 東京都庭園美術館, Tokyo Metropolitan Teien Art Musem. Aparte de las exposiciones que albergue, el sitio en sí es muy interesante porque fue residencia del príncipe Asaka en los años 30 y es uno de los pocos ejemplos de arquitectura Art Decó japonesa. El interior es muy chulo y alrededor tiene un gran jardín precioso, con una parte estilo tradicional japonés y una casa de té, que es de donde hice la foto de arriba (tiene gracia que mi móvil saque mejores fotos que mi cámara). Por cierto que por el camino he visto un cuervo de grande como un gato, bueno no tan grande como el mío, pero es que Humito es mucho gato. He tenido hasta que dar un rodeo porque estaba comiendo restos de algo en la acera y me miraba insolente con cara de no pensar apartarse...

Como algunos ya sabéis, soy super fan de los abuelillos japoneses, porque son adorables, los únicos que tienen tiempo de pararse a hablar contigo y además los más espontáneos, supongo que porque considerán que ya tienen suficientes años para dejarse de timideces y tonterías. Así que cuando vengáis a Japón, ya sabéis cual será la mejor opción para preguntar calles e incluso para comer, porque hay muchos sitios regentados por abuelillos donde se come muy bien y encima atendido con cariño. El otro día estuve en un sitio pequeñito cerca de la residencia, que era un mini restaurante (a pesar de su imagen de gran ciudad, Tokio es un conglomerado de sitios pequeñitos), que probablemente sería la cochera de la casa de su dueña y tenía literalmente dos mesas y una barra con cuatro banquetas. Al principio la señora se sorprendió cuando me vio, pero después se relajó, vinieron a cenar otros dos abuelillas amigas suyas, se pusieron todas a hablar conmigo totalmente entrañables y me acabaron invitando a una croqueta casera rellena de verdura que es la mejor que he probado jamás en Japón. Hoy he comido en otro sitio más concurrido servida por una abuelilla, que al principio parecía más seca, pero al final ha acabado hablando conmigo muy simpática y hasta ha alabado mi pericia comiendo el pescado asado con palillos. Es la segunda vez que me lo dicen en una semana y esto me hace bastante gracia porque siempe que tengo que comer pescado con palillos me siento como si a)lo estuviera operando de apendicitis ó b) le estuviera haciendo la autopsia. Además los comensales de alrededor siempre te miran con curiosidad a ver cómo te las apañas y es un poco como estar operando en directo. Así que me alegro de que les guste mi estilo, aunque supongo que habrá que leerlo como un "comes con estilo...para ser extranjera".

Ayer pasé el día en Kichijouji con algunos amigos españoles, recordando viejos tiempos y lo pasé estupendamente, de hecho estuvimos en una izakaya (taberna) de comida muy rica y nada cara, que me la apunto a partir de ahora porque me encantó. El sitio además tiene encanto porque está decorado con farolillos, redes y aparejos de pesca.

Me estuvieron contando sus experiencias del terremoto y los días difíciles que siguieron, el punto de vista de los que se volvieron (algunos más por la presión de las familias que por su propia decisión), su propio punto de vista y cómo ahora se alegran de haberse quedado en el país pese a todo. Pero como no todo puede ser bueno, una de ellos se vuelve ahora a España, no por el miedo a las centrales, sino porque tras haber trabajado cuatro meses en una empresa japonesa como una japonesa, ha decidido que ya ha tenido bastantes estupores y temblores para toda una existencia y está cansada de ser tratada como una alien. Es una pena, porque es una de las personas más enamoradas de Japón que conozco y domina el idioma como yo ya quisiera. Por mi parte todavía no sé qué haré después de esta beca, si volveré a España, me quedaré en Japón o cogeré mi nave alien para probar suerte en otro país, pero desde luego estas cosas te hacen pensar...