Mi gozo en un koto

Hola de nuevo pequeños.

Se ha retrasado un poco la actualización porque he vuelto al modo hataraki-man y por lo tanto he vuelto a sobreestimar mis capacidades y por lo tanto he pescado un catarro de lo más estúpido. Es lo que ocurre cuando te saltas niveles, tu supervisora nunca considera que te has esforzado suficiente (no sé por qué tengo un cierto dejà vu) y si encima pretendes tener cierta vida social, lo que se resienten son las horas de sueño...y en mi caso el sistema inmunológico porque estoy mayor. Así que me he tirado unos días en plan ameba en mi cuarto odiando el mundo, pero hoy ya he vuelto a la vida -y a la universidad- con mi modelito de ninja enmascarada, con la esperanza de que mi aviesa supervisora (La Súper para los amigos) no lograra desvelar mi identidad secreta...

Esta podría ser yo con mi identidad secreta.


Para los que no estén familiarizados con el tema, en Japón es costumbre llevar máscaras en plan quirófano (o Michael Jackson) si estás resfriado para no expandir la plaga a tu alrededor, una costumbre que comienzas a entender la primera vez que te subes a un tren en hora punta. También la llevan a veces las mujeres embarazadas para evitar posibles contagios e incluso puede llavarla el marido de una embarazada para evitar infecciones en el hogar, aunque eso ya me parece un poco exagerado. En cualquier caso yo hoy la he llevado, en parte por no estornudar encima de todo el mundo a mi alrededor, en parte como experimento sociológico, en parte para poder esconderme detrás de algo y que me dejaran en paz con mi resfriado.

Esta vez La Súper me ha descubierto. Quizá la próxima vez debería probar el modelo que recomienda mi colega mexicano...

Quizá os estéis preguntando a qué venía el título del post de hoy. Se debe a que como no tenía bastantes actividades con las que ocupar mis días, me he apuntado a clase de koto, el arpa japonesa, ¡yupi!



Esta es la primera canción que he aprendido a tocar, "Sakura Sakura", sólo que yo hago la versión "instrumental" jejeje. La profesora es exactamente lo que deseaba que fuera: una abuelita energética y super graciosa a la que adoro incondicionalemnte desde el primer momento. Hay kotos de varios tipos pero nosotros tocamos el de 13 cuerdas. Las partituras tienen su intríngulis porque se leen en vertical, los números de las cuerdas están en kanji, los signos de puntuación (¿signos de puntuación?), como los silencios, signos de repetición etc. son diferentes y además la escala es pentatónica (no tiene "sol" por ejemplo). De hecho la profesora nos explicó que la transcripción de las partituras de koto es algo posterior porque los primeros intérpretes eran ciegos y hasta nos hizo practicar un rato con los ojos cerrados ¡toma ya! La otra noche me pilló un terremotillo cuando estaba practicando en la sala de juntas (que es donde nos dejan tocar) y al principio me dio sustillo estar yo sola en la sala tan grande y oscura con las ventanas temblando alrededor pero una vez que decidí seguir tocando como si nada la atmósfera era hasta romántica jajaja.

No me hagáios mucho caso, es que me he pegado un atracón de sushi considerable para mejorar mi vuelta al mundo de los vivos y ya que (incumpliendo todas las normas de la contención, moderación y saber estar) acabo siempre haciendo la compra muerta de hambre y me hago con provisiones para cenar 3 veces como si fuera un hobbit. Pero ¿quién puede resistirse a las oferta de sushi/sashimi a mitad de precio? Ciertamente yo no...

Mi gozo en un koto

Hola de nuevo pequeños.

Se ha retrasado un poco la actualización porque he vuelto al modo hataraki-man y por lo tanto he vuelto a sobreestimar mis capacidades y por lo tanto he pescado un catarro de lo más estúpido. Es lo que ocurre cuando te saltas niveles, tu supervisora nunca considera que te has esforzado suficiente (no sé por qué tengo un cierto dejà vu) y si encima pretendes tener cierta vida social, lo que se resienten son las horas de sueño...y en mi caso el sistema inmunológico porque estoy mayor. Así que me he tirado unos días en plan ameba en mi cuarto odiando el mundo, pero hoy ya he vuelto a la vida -y a la universidad- con mi modelito de ninja enmascarada, con la esperanza de que mi aviesa supervisora (La Súper para los amigos) no lograra desvelar mi identidad secreta...

Esta podría ser yo con mi identidad secreta.


Para los que no estén familiarizados con el tema, en Japón es costumbre llevar máscaras en plan quirófano (o Michael Jackson) si estás resfriado para no expandir la plaga a tu alrededor, una costumbre que comienzas a entender la primera vez que te subes a un tren en hora punta. También la llevan a veces las mujeres embarazadas para evitar posibles contagios e incluso puede llavarla el marido de una embarazada para evitar infecciones en el hogar, aunque eso ya me parece un poco exagerado. En cualquier caso yo hoy la he llevado, en parte por no estornudar encima de todo el mundo a mi alrededor, en parte como experimento sociológico, en parte para poder esconderme detrás de algo y que me dejaran en paz con mi resfriado.

Esta vez La Súper me ha descubierto. Quizá la próxima vez debería probar el modelo que recomienda mi colega mexicano...

Quizá os estéis preguntando a qué venía el título del post de hoy. Se debe a que como no tenía bastantes actividades con las que ocupar mis días, me he apuntado a clase de koto, el arpa japonesa, ¡yupi!



Esta es la primera canción que he aprendido a tocar, "Sakura Sakura", sólo que yo hago la versión "instrumental" jejeje. La profesora es exactamente lo que deseaba que fuera: una abuelita energética y super graciosa a la que adoro incondicionalemnte desde el primer momento. Hay kotos de varios tipos pero nosotros tocamos el de 13 cuerdas. Las partituras tienen su intríngulis porque se leen en vertical, los números de las cuerdas están en kanji, los signos de puntuación (¿signos de puntuación?), como los silencios, signos de repetición etc. son diferentes y además la escala es pentatónica (no tiene "sol" por ejemplo). De hecho la profesora nos explicó que la transcripción de las partituras de koto es algo posterior porque los primeros intérpretes eran ciegos y hasta nos hizo practicar un rato con los ojos cerrados ¡toma ya! La otra noche me pilló un terremotillo cuando estaba practicando en la sala de juntas (que es donde nos dejan tocar) y al principio me dio sustillo estar yo sola en la sala tan grande y oscura con las ventanas temblando alrededor pero una vez que decidí seguir tocando como si nada la atmósfera era hasta romántica jajaja.

No me hagáios mucho caso, es que me he pegado un atracón de sushi considerable para mejorar mi vuelta al mundo de los vivos y ya que (incumpliendo todas las normas de la contención, moderación y saber estar) acabo siempre haciendo la compra muerta de hambre y me hago con provisiones para cenar 3 veces como si fuera un hobbit. Pero ¿quién puede resistirse a las oferta de sushi/sashimi a mitad de precio? Ciertamente yo no...

Mi gozo en un koto

Hola de nuevo pequeños.

Se ha retrasado un poco la actualización porque he vuelto al modo hataraki-man y por lo tanto he vuelto a sobreestimar mis capacidades y por lo tanto he pescado un catarro de lo más estúpido. Es lo que ocurre cuando te saltas niveles, tu supervisora nunca considera que te has esforzado suficiente (no sé por qué tengo un cierto dejà vu) y si encima pretendes tener cierta vida social, lo que se resienten son las horas de sueño...y en mi caso el sistema inmunológico porque estoy mayor. Así que me he tirado unos días en plan ameba en mi cuarto odiando el mundo, pero hoy ya he vuelto a la vida -y a la universidad- con mi modelito de ninja enmascarada, con la esperanza de que mi aviesa supervisora (La Súper para los amigos) no lograra desvelar mi identidad secreta...

Esta podría ser yo con mi identidad secreta.


Para los que no estén familiarizados con el tema, en Japón es costumbre llevar máscaras en plan quirófano (o Michael Jackson) si estás resfriado para no expandir la plaga a tu alrededor, una costumbre que comienzas a entender la primera vez que te subes a un tren en hora punta. También la llevan a veces las mujeres embarazadas para evitar posibles contagios e incluso puede llavarla el marido de una embarazada para evitar infecciones en el hogar, aunque eso ya me parece un poco exagerado. En cualquier caso yo hoy la he llevado, en parte por no estornudar encima de todo el mundo a mi alrededor, en parte como experimento sociológico, en parte para poder esconderme detrás de algo y que me dejaran en paz con mi resfriado.

Esta vez La Súper me ha descubierto. Quizá la próxima vez debería probar el modelo que recomienda mi colega mexicano...

Quizá os estéis preguntando a qué venía el título del post de hoy. Se debe a que como no tenía bastantes actividades con las que ocupar mis días, me he apuntado a clase de koto, el arpa japonesa, ¡yupi!



Esta es la primera canción que he aprendido a tocar, "Sakura Sakura", sólo que yo hago la versión "instrumental" jejeje. La profesora es exactamente lo que deseaba que fuera: una abuelita energética y super graciosa a la que adoro incondicionalemnte desde el primer momento. Hay kotos de varios tipos pero nosotros tocamos el de 13 cuerdas. Las partituras tienen su intríngulis porque se leen en vertical, los números de las cuerdas están en kanji, los signos de puntuación (¿signos de puntuación?), como los silencios, signos de repetición etc. son diferentes y además la escala es pentatónica (no tiene "sol" por ejemplo). De hecho la profesora nos explicó que la transcripción de las partituras de koto es algo posterior porque los primeros intérpretes eran ciegos y hasta nos hizo practicar un rato con los ojos cerrados ¡toma ya! La otra noche me pilló un terremotillo cuando estaba practicando en la sala de juntas (que es donde nos dejan tocar) y al principio me dio sustillo estar yo sola en la sala tan grande y oscura con las ventanas temblando alrededor pero una vez que decidí seguir tocando como si nada la atmósfera era hasta romántica jajaja.

No me hagáios mucho caso, es que me he pegado un atracón de sushi considerable para mejorar mi vuelta al mundo de los vivos y ya que (incumpliendo todas las normas de la contención, moderación y saber estar) acabo siempre haciendo la compra muerta de hambre y me hago con provisiones para cenar 3 veces como si fuera un hobbit. Pero ¿quién puede resistirse a las oferta de sushi/sashimi a mitad de precio? Ciertamente yo no...